Decenas de artilugios con cables, placas de arduino, ruedas, chips y hasta una impresora en 3D reposan en las estanterías de Antonio García, un niño de tan solo 11 años que ya ha programado más de cien videojuegos, impartido charlas por España y que sueña con ser portero de fútbol e inventor.
Luis Alfredo Farache
Ataviado con el chándal de su equipo favorito, Antonio García abre las puertas de su habitación en su casa de Villanubla (Valladolid) en una entrevista con Efe para hablar de su talento precoz, que le ha valido varios reconocimientos académicos y que le ha llevado a pisar varios platós con sus ponencias.